sábado, mayo 20, 2006

Elegir una identidad

Elegir una identidad

Me acabo de dar cuenta de que cada vez que dejamos un post en blogspot elegimos una identidad. Tu nombre de usuario, un anónimo u otro nombre (o algo así).

Me parece turbador. Y me recuerda a lo que siempre se dice de que en internet cada uno puede ser que que quiera porque está oculto detrás de una pantalla.

Y me ha hecho pensar en la preocupación de M., que cree que en un futuro poco lejano todos nos esconderemos detrás de nuestras pantallas para ser como realmente queremos, y no como la sociedad nos hace ser.

¿Os dais cuenta? ¡Cada vez que dejamos un comentario elegimos quien queremos ser!

lunes, mayo 08, 2006

Gracias

Muchas veces decimos gracias a las personas por algo, aunque haya gente que no lo hace. O incluso damos gracias a Dios por algo que creeis que ha pasado gracias a su intercesión divina.

Pero quiero reivindicar el hecho de dar las gracias a cosas que, aunque puede que estén vivas, no nos van a contestar. Nadie nos va a juzgar por no darles las gracias. Pero están ahí.

En mi caso, doy las gracias por las fresas silvestres a la planta de fresas silvestres. A cambio de un poco de agua y unos mimos me regala muy a menudo y bastante abundantemente estos pequeños frutos rojos tan deliciosos.

Gracias plantita querida!





¿A qué dais las gracias vosotros?

miércoles, abril 19, 2006

El globo viajero

Se me informó de que el otro dia aterrizó en la terraza de mi casa un globo. En principio podría no tener más relevancia, ¿verdad?
Pues vaya. El caso es que sí que la tiene, porque imaginaros: ese globo podría venir desde muy lejos. Es cierto que también podría haber caído desde el ático, pero creo firmemente que no. Ese globo era uno de esos que alucinan a los niños, de esos llenos de hidrógeno.
Porque si os acordais, cuando inflábais un globo de pequeños había en ello un poco de decepción, porque cuando lo soltábais la gravedad hacía su cometido. A no ser que vuestro padre fuera un padre de esos que explica las leyes de la física a sus hijos desde que gatean, seguramente os preguntarías por qué vuestro globo no era como el de los dibujos, no volaba ni él ni vosotros. Casi como esas cometas que hacíamos volar y teníamos que ponernos a correr para que la cosa tuviera gracia, porque nuestra cometa tampoco era como las de la tele, no hacía eses en el cielo...
Bien, el globo. Podría provenir de una feria, de una fiesta de cumpleaños de algún niño, a saber cuánto cielo ha recorrido para acabar descansando en mi terraza. Desafortunadamente, hasta hoy no he podido hacerle una foto. Como vereis está un poco desmejorado porque se ha acabado de desinflar, pero aún así merece que le inmortalice aquí, después de su misteriosa travesía.
Por cierto, ha ido a parar justo al lado del pensamiento suicida del que ya os hablé, es una fantástica casualidad para enseñaros lo grande que está! Les he hecho la foto a los dos.
Incluso es posible que durante los días en que no vi al globo, el pensamiento lo haya atraído hacia él sabiendo que aparecerían juntos en la foto que acompañaría a esta inevitable entrada (el pensamiento, como tal, me conoce).


domingo, marzo 12, 2006

El pensamiento suicida

El viernes fue extraño. Me llevaron a un bar, en el barrio gótico, que era sin ninguna duda un paréntesis castizo en medio de la cosmopolita Barcelona. Las Guapas. Así se llama. La señora Antonia, las banderas y el reloj de vinilo de Camarón, las palmas y las canciones sobre desamores y dolor. No entiendo de flamenco, pero creo que la señora Antonia es una artista.
Después de este extraño hallazgo, que cierra prontito, fui a casa soportando el frío, el vendaval y el ataque permanente de esas cosas que caen de los árboles de las ramblas. La acción secante del viento junto con esos proyectiles vegetales sobre la piel de la cara y los ojos pueden ser muy dolorosos.
Al llegar a mi calle vi un pequeño bulto en medio de la acera. Una maceta vacía, tierra espercida y los restos de una plantita a la que el viento ha empujado al abismo del suicidio. Breve lamento. Al cabo de un rato volví a pasar por allí. El pensamiento suicida seguía moribundo sobre la fría acera. Me invadió una sensación de pena. Al fin y al cabo cuidar un pensamiento no requiere mucho esfuerzo, así que me llevé la frágil plantita intentando no estropear aún más las raíces. Al subir a casa la puse en una maceta con tierra fresca y la regué un poquito, y creo que le he salvado la vida. No han pasado aún dos días y no tiene muy buen aspecto, pero cuando se recupere tendré un precioso prensamiento amarillo al lado de los otros pensamientos de colores, las fresitas silvestres, el jazmín, etc.

Yupi!

He aquí el pensamiento suicida:

jueves, febrero 23, 2006

Los gatos del mundo

Gatos... ¿quién puede no adorar a los gatos?
Mucha gente dice que son rastreros, falsos y que son de bruja. Pero a mí me parece que son majísimos, simpáticos y adorables. Quien prefiera a los perros debe de tener algún tipo de concepción posesiva y dependiente de la amistad. Los gatos son tus amigos pero no te agobian, los perros son acaparadores y ¡no pueden hacer nada solos! Y lo rompen y lo babean todo (los caniches gigantes merecen un capítulo aparte).
Los gatos de la Universidad Autónoma y de la Politécnica de Barcelona te miran, te estudian de lejos. Saben qué llevas en el tupper y si les parece bien el menú te vienen a hacer una visita. Luego se tumban a la sombra a digerir tu comida y a hacer la siesta mientras tú tienes que volver a clase (sigh..).
Mi gato del pueblo es igual de majo, pero diferente. No pide comida, pide compañía. Es un alma solitaria. Pero por las noches, a la hora de cerrar el bar, se sienta en las escaleras de la entrada mirando a la playa mientras los clientes rezagados se marchan. Le doy comida, leche y agua, pero no toma nada. Lo que quiere es hacerme compañía mientras acabo de barrer. Se sienta en la escalera, luego va a mirar a ver si encuentra alguna lagartija que cazar, entra dentro, se da una vuelta y vuelve a salir. Está allí. Es divertido.
Los gatos que teníamos merodeando por el jardín de casa eran para morirse de risa. Perseguían indistintamente bichitos y hojas secas que el viento se llevaba. Una noche lluviosa volvimos a casa y al abrir la puerta que da al porche, los gatos oyeron el ruido y vinieron corriendo hacia mí con las colas levantadas. Había como 20 gatos, los de todo el vecindario, que se refugiaban de la lluvia en nuestro porche.
Casi me da un ataque de risa. Mi madre se enfadó con los gatos e intentó ahuyentarlos. Se escapaban de ella pero evidentemente no salían de la zona protegida de la lluvia. Fue muy cómico.

Las leyendas urbanas de mi adolescencia decían que los gatos veían los espíritus, por eso a veces hacen cosas raras. Yo creo que los gatos te pueden salvar de cosas como espíritus y ultrasonidos y cosas que nos rodean y no vemos. O si no, explicadme qué hace este gato.. busca, husmea.. algo que no vemos!
Y
aquí, aunque parezca que está esperando la hora de la merienda, en realidad tiene la antena puesta. Sondea el aire para captar ondas electromagnéticas.

Pues bien, hasta aquí el primer capítulo de nuestros amigos los gatos.
Pero para acabar, he aquí el gato estrella, el de la cola-radar, considerando seguir los consejos de Jota:
clic!. Porfavor, no dejeis de subir el volumen para escuchar los códigos secretos que flotan en el ambiente. Es preocupante!

miércoles, febrero 08, 2006

Comunicación nocturna

Todo el mundo se ha preguntado en clase de filosofía si un árbol es un árbol, o si un árbol lo es porque nosotros creemos saber que es un árbol... o si un árbol del bosque sigue estando ahí cuando nadie lo mira.

Cuando te vas de tu habitación, ¿qué te garantiza que tus peluches o miniaturas no se montan una juerga loca? ¿Os acordais de Toy Story? Es como dejar a alumnos de la ESO solos en casa... ¿qué creeis que harán?

Ayer me fui a dormir y dejé el móvil al lado del ordenador y al lado de un radiodespertador de los que hacen bilip-bip-bilip-bip-bilip-bip cuando te llaman al móvil o cuando envías un mensaje.. o cuando le acercas cualquier aparato, vaya.
Al irme a dormir todo estaba en silencio, hasta que en un momento dado empecé a oir ese bilip-bip-bilip-bip. Esperé a ver si llegaba un mensaje o una llamada, pero nada. En intervalos de tiempo regulares, el radiodespertador hacía bilip-bip-bilip-bip. Me inquietó, porque poco rato antes no había estado haciendo ningún ruido, incluso cuando yo estaba en la mesa estudiando, tampoco se oía nada. Pero al marcharme de la habitación para ir a dormir...

Cuando dejamos a nuestros aparatos solos, éstos se comunican entre ellos. Se cuentan sus aventuras diarias, flirtean, se pelean... e intercambian información con los satélites. La tecnología es sólo un paso más hacia el control unificado de nuestras mentes y de nuestras vidas.

Ayer una señora en la calle gritaba que el final del mundo se acercaba y que todos moriríamos -VERÍDICO-. ¿Acaso escuchó esa señora ya antes las secretas comunicaciones nocturnas entre todos los aparatos eléctricos de nuestro alrededor?
Por favor, estad preparados y avisad a todos vuestros seres queridos.
Os mantendremos informados.


blipblip-bip-blipblip-bip-blipblip..

jueves, enero 26, 2006

La vida es redonda

¿Alguna vez os habíais preguntado qué forma tiene la vida?
Un día llegué a la conclusión de que la vida era redonda, claramente. Pero este es el final de la historia.

¿Alguna vez os habeis preguntado el motivo por el cual los cubiertos están colocados en un orden determinado en los cajones de cubiertos de cada casa?

Cuando fui a vivir a la ciudad y tuve que colocar mis cubiertos en el cajón de la cocina tuve un serio dilema. Tras deliberar conmigo misma decidí que las cucharas debían ir en el compartimento del centro. ¿Por qué? ¡porque son redondas! qué asociación de ideas tan automática. Pero entonces, si lo redondo va al centro, ¿lo redondo es lo central? ¿el centro es redondo? ¿la Tierra, la esfera por antonomasia, es el centro? ¿El centro gira? Las norias giran. La vida da vueltas. Las norias son redondas. La vida es redonda. ¿La vida es el centro?

Sobre esta última afirmación sí que no me podeis llevar la contraria, a no ser que seais nihilistas. Incluso los que crean en la vida eterna me darían la razón! Si no tienes vida te mueres, eso seguro. Todo lo demás está por demostrar.

¿Donde están las cucharas de vuestra vida?